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jueves, 20 de mayo de 2010

Flechados por el tiro con arco y el amor

Una hora de vuelo de Liubliana, capital de Eslovenia, a Paris. 11 horas de Paris a Bogotá y una de ésta última a Medellín, más tres que debió esperar en las tres escalas que realiza el vuelo, suman un total de 17 horas, tiempo que le tocó esperar a la eslovena Maja Marcen para después de varios meses ver de nuevo a su novio Ángel Barrios.

Los dos tienen algo en común. Su gusto por el tiro con arco los flechó desde pequeños. Actualmente ella es una destacada deportista de su país y él es técnico de la selección Colombia de arco compuesto, pero los dos, ni juntando sus conocimientos pudieron evitar que quien más sabe de arcos y flechas, Cupido, pudiera impactar una de sus flechas en ambos corazones.

Esta eslovena, proveniente de una ciudad del centro de Europa, influenciada por la cultura italiana, croata, húngara y austriaca, tiene 27 años de edad. Practica el tiro con arco desde hace 17 años y sus inicios se originan en la tradición de su familia por este deporte que ha heredado de generación en generación, comenzando por su abuelo, pasando por su padre, continuando con su hermano y llegando a ella.

Hasta en los orígenes por practicar este deporte de perfeccionistas se parecen Maja y Ángel, quien decidió ir en contravía del proceso de desarrollo de las armas y comenzó disparando armas de fuego en tiro deportivo, pero luego quiso practicar una modalidad diferente, encontrando desde hace 14 años en el arco y las flechas su pasión por disparar y enseñar.




Aunque sus únicas influencias no fueron sus deseos, al igual que la familia con Maja, pareciese que con Ángel de cierta forma también lo fue, según él hace unos años encontró una foto de su mamá en la alta Guajira disparando un arco para cazar conejos y venados.

Maja Marcen ocupa gran parte de su tiempo en Eslovenia donde ejerce su profesión como odontóloga y a pesar de que desde hace 16 años forma parte de la selección de su país es muy poco el tiempo que tiene para entrenar. A eso se le suman los 45 ó 60 minutos que tiene que gastar en el desplazamiento hacia el campo de tiro y lo mismo para regresar a su casa. Es por eso que sus jornadas de entrenamiento normalmente constan de dos horas sólo dos días a la semana.

Mientras en Eslovenia, ubicado en el centro de Europa, al oeste de Italia, Maja se pasa la mayoría de tiempo dentro de un consultorio; Ángel Barrios se la pasa en la Liga de Tiro con Arco de Antioquia donde tiene que soportar el inclemente sol, reflejo del clima primaveral de Medellín, o los desesperantes mosquitos que aparecen como resultado de las lluvias y que no salen precisamente a ver los disparos de Natalia Sánchez, Sigrid Romero o Natalia Londoño, quienes no pierden la concentración a pesar del acecho de estos.




A ambos el tiro con arco le ha dado la posibilidad de viajar y conocer muchos lugares del mundo, ella como arquera de Eslovenia y él como técnico de la selección Colombia. Pero quién se iba a imaginar que en medio de un deporte donde poco se habla y no hay casi ningún contacto con los otros competidores, como resultado de la extrema concentración que se requiere para ejecutar bien el disparo, se iban a conocer estas dos personas.

La primera vez que se vieron fue en 2007 en Leipzig (Alemania), en el Mundial de Tiro con Arco donde Colombia por primera vez se clasificaba para los Juegos Olímpicos. Después de eso se siguieron viendo en Antalya (Turquía) y en Bóer (Francia) durante torneos internacionales. Pero fue en el reciente Mundial de Ulsan (Corea), cuando históricamente Natalia Sánchez logró medalla de bronce, donde comenzaron a salir.

El idioma al principio de la relación, aparte de la distancia, fueron sus únicas dificultades. Aunque Maja es políglota y habla seis idiomas (esloveno, alemán, italiano e inglés que los aprendió en la escuela y francés que se lo enseñó un ex novio) ahora según ella y por amor habla un poco de español.



El dicho popular que dice que amor de lejos felices los cuatro, no cabe en esta relación. El teléfono, el e-mail y Skype han recortado esa distancia geográfica que los separa y no han dejado que la flecha del amor salga.

El fuerte invierno que golpeó a Europa a finales del 2009 y principios de este año ayudaron a que Maja, luego de haber recorrido gran parte del antiguo continente y viajado a Estados Unidos, Tailandia, Corea y Filipinas, tomara la decisión de sacar su periodo de vacaciones y empacara en su maleta un montón de expectativas, sueños y, obviamente, su arco para venir a ver a su novio y entrenar al lado de él.

La violencia y la imagen que tiene el mundo de Medellín y de Colombia no fue algo que me pusiera a pensar mucho para venir, lo único que quería era venir y conocerlo personalmente. Aunque mi familia sí se sorprendió mucho, pero ahora están felices porque yo lo estoy”, comenta Maja.

Durante tres semanas permaneció esta eslovena en Medellín. Sin falta estuvo en la Liga de tiro con Arco de Antioquia con el uniforme de la selección de Eslovenia entrenando a diario, mañana y tarde, al lado de Natalia Londoño e Isabel Serna, con quienes, según ella, se entendió muy bien, y de su novio ángel Barrios, que sólo se le acercaba mientras entrenaba para corregirla y una que otra vez darle un abrazo y un beso, que dura menos de lo que tarda una de sus flechas en llegar al blanco.

Maja, quien desde los doce años está compitiendo internacionalmente, es después de su compañero en equipos mixtos, Marjan Podrzal, la número dos de su país en tiro con arco, y entre sus triunfos más importantes está haber ganado medalla de oro dos veces como campeona juvenil en Europa y ubicarse segunda en el Campeonato Mundial juvenil. Esta eslovena expresa estar feliz en Medellín.

Quizá los años, las salidas a otros continentes y la apertura mental de la cultura europea son los factores que le han permitido comprender que simplemente somos diferentes y que América Latina es otro cuento. “Las casas, los carros, la infraestructura me parecía pobre, la ciudad un poco sucia, pero ahora entiendo que son dos contenientes muy distintos, es tratar de comprender al otro”, explica Maja.

A casi todo se ha logrado acostumbrar Maja Marcen en esta nueva cultura para ella, a las costumbres, la forma de vida, a la cercanía de las personas, pero con lo que no pudo fue con la comida. “Acá se come mucha carne, mientras que en Eslovenia comemos más pastas, lasaña y otra comida italiana”, expresa ella, mientras interviene su novio y aclara que cuando le pone un aguardiente en la mesa ahí sí come carne, sobre todo si es chicarrón.

Esta eslovena que se declara fascinada con la forma de ser de la gente paisa a la que describe como conversadora y alegre regresa de nuevo a su país. Ángel viajará y conocerá a sus suegros después de los IX Juegos Suramericanos, se quedará un tiempo y regresará a Medellín a esperar a Maja, quien se vendrá a vivir a Medellín al lado de sus dos amores, su novio y el tiro con arco, deporte con el que quiere representar a Antioquia en los próximos Juegos Nacionales, para lo que tendrá que dejar de disparar por un año para su país.



Manuel Alejandro Gallego Arango

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